viernes, 28 de enero de 2011

Bayamo, ciudad no de añoranzas sino de futuro.

Al decir de José Martí al insigne poeta bayamés José Joaquín Palma: “Ud. y yo somos bayameses porque yo tengo de Bayamo el alma intrépida y natural”, sentenciaba un concepto de una ciudad que palpita en el corazón de nuestra nación.

Bayamo no es una ciudad de añoranzas sino de futuro; a diferencia del resto de las ciudades de Cuba que se regocijan de sus viejas edificaciones y las consideran íconos de su cultura, Bayamo se enorgullece de las nuevas, siente entrañablemente por su futuro y trabaja para que este sea mejor

Sus pobladores conocen que su pasado fue de gloria y de heroísmo, al punto de hacer cenizas la ciudad entes que verla esclava, mientras que en el resto del país quedaban en pie las majestuosas construcciones coloniales que hoy exhiben muchos con orgullo, sin pensar que cuando sus ancestros vivían en la opulencia y las preservaban para que llegaran hasta hoy, para que las presentes generaciones las admiren, y las admiran, casi siempre sin pensar que con la sangre, el sudor y las lágrimas de los esclavos se construyó todo ese patrimonio; en ese mismo instante de gozo para muchos, los bayameses estábamos haciendo la guerra patria, para lograr la indepedencia y desterrar la odiosa esclavitud, pero Bayamo continúa firme en el tiempo, es una ciudad que honra su pasado con su actuar en el presente, hoy sus hijos trabajan para construir un futuro digno a los bayameses que vendrán.

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